El Boletín C-15 ha tomado una mayor relevancia en los últimos años, lo cual se ha originado por la recesión económica actual del mundo, ya que ésta ha originado que las empresas que emiten sus estados financieros con la normatividad contable mexicana, se vean involucradas en la necesidad de hacer un análisis y evaluación sobre los posibles impactos que este boletín pudiera tener en su información financiera. Esta situación no había sido considerada por la administración de las empresas, debido al grado de complejidad y el número de factores externos que las afectaron. Esto originó que las organizaciones tuvieran problemas de capacidad instalada, flujos de efectivo, reducción de ingresos, así como el incremento en costos operativos, entre otros, afectando el desempeño económico y financiero de las empresas, de manera imprevista.
Cabe señalar que, en los países donde la información financiera está regida por las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) y la normatividad de Estados Unidos de Norteamérica (USGAAP), también tienen reglas contables similares relativas al deterioro del valor de los activos de larga duración y su disposición No obstante lo anterior, se destaca una diferencia importante, en el sentido de que en México las reglas de valuación indican que se debe analizar el deterioro ante la presencia de alguno de los indicios de deterioro del valor de un activo de larga duración en uso, a menos que las entidades cuenten con el soporte adecuado que demuestre, sin excepción alguna, que estos indicios son de carácter temporal.
Derivado de lo anterior, este boletín requiere que cuando las empresas tengan indicios de deterioro, tales como pérdidas de operación recurrentes, flujos de efectivo negativos y problemas en el capital de trabajo, entre otros, lleven a cabo la identificación de las Unidades Generadoras de Efectivo (UGE) que están en esta situación y hacer la valuación de sus activos de larga duración, con la finalidad de determinar el posible deterioro a registrar por cada UGE. Lo anterior, debido a que, en algunas ocasiones, existen procesos y subprocesos difíciles de aislar y, por lo tanto, la determinación del deterioro se hace más complejo. Una vez que se determinan los efectos, se afecta al estado de resultados del año, los cuales no estaban presupuestados en la información financiera proyectada, por originarse por factores externos ajenos a las empresas, pero con afectación directa a las mismas.